Según la psicología analítica de Carl Jung, el arquetipo de la sombra representa el «lado oscuro» de tu personalidad. Es el ruidoso submundo de la psique que conserva las partes más primitivas de uno mismo. Egoísmo, instintos reprimidos y un yo «no autorizado» que su conciencia rechaza. Es la parte de ti que está enterrada en lo más profundo de tu ser.
Probablemente ya haya oído hablar de este concepto. La idea del arquetipo de la sombra es bien conocida y los psicólogos siguen utilizando este término cuando hablan de conflictos. Es esa sensación de conflicto interno que a veces sientes cuando estás frustrado, asustado, ansioso o enfadado.
«Uno no se ilumina imaginando la luz, sino tomando conciencia de la oscuridad».
Sin embargo, es importante recordar que las ideas que Jung formuló a través de su estudio de los arquetipos ya estaban presentes en nuestra sociedad, histórica y culturalmente. La noción de sombra o lado oscuro es una dualidad común.
Todas las «cosas malas» que te enseña tu educación y los códigos morales de la sociedad forman parte de tu sombra. Sin embargo, no es bueno pensar en estas dinámicas internas como reprobables o peligrosas. Esta forma de pensar puede llevarte a creer que hay un «Hyde» en ti que está intentando salir.
El propio Jung explicó que hay diferentes tipos de sombras. Dice que una de las formas de alcanzar la felicidad, la curación y la libertad personal es enfrentarse a ellas y ser consciente de ellas.
Arquetipo de la sombra – el lado oscuro del ser humano
El arquetipo de la sombra está estrechamente relacionado con el concepto de la mente subconsciente de Freud. Sin embargo, tiene un aspecto único que difiere significativamente de ese concepto. Este aspecto único enriquece el concepto de Jung. No hay que olvidar que el idilio intelectual entre Freud y Jung acabó enfriándose considerablemente. Jung describió al padre del psicoanálisis como «un hombre trágico, un gran hombre…». Pero no estoy de acuerdo con sus métodos de tratamiento», incluso lo calificó de «gran hombre».
Jung desarrolló su propio método, la psicología analítica. Rechazó el diván y la relación asimétrica entre terapeuta y paciente. Jung favorecía la terapia basada en la conversación. Creía que la terapia debía centrarse en la estructura de la psique y el inconsciente en el que residen los arquetipos. De todos los arquetipos, el que tenía más valor terapéutico era sin duda el arquetipo de la sombra. Descubramos las características de este arquetipo…
La Sombra, una entidad conocida pero reprimida
La Sombra es un término que Jung tomó prestado de Friedrich Nietzsche.
Este concepto describe la personalidad oculta que tiene todo ser humano. Muchos de nosotros aparentamos (o creemos ser) seres humanos buenos y amables. Sin embargo, hay partes de nosotros reprimidas. Son instintos heredados que a veces se ocultan con la violencia, la ira y el odio.
Los arquetipos de la sombra no sólo existen en los individuos. Los grupos de personas (sectas, organizaciones religiosas, partidos políticos) también pueden tener arquetipos en la sombra. Estos grupos pueden, en un momento dado, mostrar su lado oscuro para justificar actos de violencia contra los seres humanos.
Cuanto más reprimimos la sombra, más destructiva y peligrosa se vuelve. Según Jung, cuando reprimimos la sombra, ésta se «proyecta» y puede manifestarse en forma de neurosis y psicosis.
Del mismo modo, Jung identificó dos tipologías dentro del arquetipo de la sombra:
- La primera es la sombra personal. Esto es algo que todos tenemos, e incluye todas las pequeñas quejas, los miedos, el egoísmo y los sentimientos negativos en general.
- La segunda es la sombra impersonal. Contiene la esencia más arquetípica del mal e implica el genocidio y el asesinato despiadado.
«Por desgracia, no hay duda de que los humanos, en su conjunto, son menos buenos de lo que imaginan o quieren ser. Todo el mundo lleva una sombra, y cuanto menos se encarna en la vida consciente de un individuo, más oscura y densa se vuelve. Una vez que el sentimiento de inferioridad se hace consciente, la gente siempre tiene la oportunidad de corregirlo. Además, está constantemente en contacto con otros intereses, por lo que se modificará constantemente. Pero si se reprime y se aísla de la conciencia, nunca se corregirá. Además, es más probable que explote en momentos de inconsciencia. En cualquier caso, se convierte en un obstáculo inconsciente que bloquea el intento final.
Carl Jung
¿Cómo me enfrento a mi sombra?
La teoría de los arquetipos en la sombra puede parecer interesante. Tiene su atractivo, su carácter metafórico y un cierto misticismo. La cifra refleja lo que es clásicamente tabú. Representa el mal y el lado siniestro de la personalidad humana, que siempre nos ha intrigado. Pero ¿hay algo en esta teoría que pueda aplicarse a nuestra vida cotidiana.
La respuesta a esta pregunta es «sí». Jung nos lo recuerda en sus escritos como Los arquetipos y El inconsciente colectivo. Afirma que la tarea de nuestra vida es aceptarnos plenamente e integrar la «sombra» en nuestra personalidad. Entonces podemos ser conscientes de la sombra y trabajar con ella. Si ignoramos nuestra sombra y la mantenemos inconsciente, nos privamos de la oportunidad de ser equilibrados y felices.
Recuerda los conceptos que llamamos «sombras». Están nuestros miedos, los traumas del pasado, las decepciones que nos asolan, los sueños que nunca se hicieron realidad por nuestra propia indecisión, etc. Si ocultamos todos estos demonios internos, se vuelven más feroces. Si los silenciamos, nos dominarán. Como resultado, proyectamos una imagen de nosotros mismos que no nos gusta y con la que no estamos de acuerdo.
Por lo tanto, debemos recordar que nuestro crecimiento y bienestar psicológico dependen siempre de nuestra capacidad para sacar esas sombras a la luz. Más allá de este valiente esfuerzo, comienza el delicado pero valioso trabajo de «curación».
Sólo entonces podremos encontrar la paz y la felicidad.