La resiliencia es una fuerza psicológica que ayuda a las personas a afrontar el estrés y las dificultades y es una reserva de fuerza mental en la que se puede confiar en tiempos de crisis para salir adelante sin desmoronarse.
Los psicólogos creen que las personas resilientes responden bien a la adversidad y son capaces de reconstruir sus vidas después de una catástrofe.
Afrontar los cambios y las pérdidas es una parte inevitable de la vida. Todos experimentamos contratiempos en algún momento y en distintos grados. Algunos son relativamente menores (no entrar en una clase que querías tomar), mientras que otros son devastadores a una escala mucho mayor (huracán, tornado, ataque terrorista).
La forma de afrontar estos problemas puede tener un profundo efecto no sólo en el resultado, sino también en el impacto psicológico a largo plazo.
¿Qué significa ser una persona resiliente?
Las personas resilientes son conscientes de la situación, de sus propias reacciones emocionales y de las acciones de quienes les rodean. Entender qué ha provocado la situación y por qué es esencial para controlar las emociones.
Al ser conscientes, las personas resilientes pueden tomar el control de las situaciones y pensar en nuevas formas de afrontar los problemas.
Características de la resiliencia

Algunas personas desarrollan estas habilidades de forma natural, mientras que otras tienen una personalidad imperturbable ante los retos. Sin embargo, este comportamiento no es un rasgo innato que se encuentra sólo en algunas personas.
Según muchos expertos, la resiliencia es muy común y las personas pueden aprender las habilidades que necesitan para ser más resilientes.
Sensación de control
¿Crees que tienes el control de tu vida? ¿O culpas a fuerzas externas de tus fracasos y problemas?
En general, las personas resilientes tienden a tener lo que los psicólogos llaman «locus de control interno». Creen que sus acciones influyen en el resultado de los acontecimientos. Por supuesto, algunos factores, como las catástrofes naturales, están fuera de nuestro control.
Si bien puedes culpar a factores externos, es importante que te sientas capacitado para tomar decisiones que afecten a tu situación, a tu capacidad de afrontamiento y a tu futuro.
Habilidades para la resolución de problemas
La capacidad de resolución de problemas es esencial. Cuando se enfrentan a una situación de crisis, las personas resilientes son capaces de encontrar soluciones que conduzcan a un resultado seguro. En situaciones de peligro, la gente tiene a veces una visión de túnel, pasando por alto cosas importantes o no aprovechando las oportunidades
Las personas resilientes son capaces de analizar los problemas con calma y racionalidad, y de prever soluciones satisfactorias.
Fuertes conexiones con la sociedad
Cuando te enfrentas a un problema, es importante contar con personas que te apoyen. Hablar de los problemas a los que te enfrentas es una buena manera de ganar perspectiva, buscar nuevas soluciones o simplemente expresar tus sentimientos
Los amigos, la familia, los compañeros de trabajo y los grupos de apoyo en línea pueden ser fuentes de conexión social.
Reconózcase como un superviviente, no como una víctima.
Cuando te enfrentes a una posible crisis, es importante que te veas como un superviviente. En lugar de pensar en ti mismo como una víctima de la situación, busca formas de resolver el problema. Incluso si la situación es inevitable, puedes centrarte en el resultado positivo.
Ser capaz de pedir ayuda.
Ser ingenioso es una parte importante de la resiliencia, pero también es importante saber cuándo pedir ayuda. En una situación de crisis, puedes buscar la ayuda de un psicólogo o consejero especialmente formado para tratar situaciones de crisis. Otras ayudas pueden ser las siguiente
¿Qué se necesita para ser una persona resiliente?
Afortunadamente, la resiliencia es algo que puedes desarrollar en ti mismo y en tus hijos. He aquí algunas medidas importantes que puede tomar para aumentar su capacidad de recuperación.
Cambia tu mentalidad.
Las personas resilientes son capaces de analizar las situaciones negativas de forma realista, pero no culpan ni se detienen en las cosas que no pueden cambiar. En lugar de ver la adversidad como algo insuperable, buscan pequeñas formas de abordar el problema y se centran en hacer cambios que ayuden.
Si te centras en lo que puedes hacer, puedes salir de una mentalidad negativa.
Este método también puede utilizarse para que los niños aprendan a afrontar las dificultades. Anímales a pensar en positivo y con esperanza, incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
Esto les ayudará a ver estos eventos como una oportunidad para desafiarse a sí mismos y aprender nuevas habilidades, en lugar de quedar atrapados en un bucle de negatividad.
Buscar apoyo
Para ser más resiliente, es importante tener a alguien en quien confiar. Hablar de las dificultades a las que te enfrentas no hará que desaparezcan, pero compartirlas con un amigo o un ser querido puede ayudarte a sentirte apoyado por otra persona. Hablar con otras personas también puede darte consejos y nuevas ideas sobre cómo resolver mejor los retos a los que te enfrentas.
Concéntrese en lo que puede controlar
Ante una crisis o un problema, es fácil sentirse abrumado por las cosas que no se pueden controlar. En lugar de retroceder en el tiempo y preguntarte si puedes cambiar la situación, céntrate sólo en lo que puedes controlar.
Incluso si la situación es grave, toma medidas prácticas para mejorar la situación. Incluso los pasos más pequeños pueden ayudarle a tomar el control y aumentar su capacidad de recuperación.
¿Cuáles son los tipos de resiliencia?
Resistencia física
Las personas que no se quedan quietas durante más de una hora seguida son físicamente resistentes. En particular, siguen moviéndose incluso cuando no tienen ganas. No sé tú, pero a medida que me hago mayor me siento tentada a sentarme en el sofá y calmar el dolor sin moverme. Las personas físicamente resistentes tienen como prioridad mover su cuerpo.
Resiliencia mental
Si puedes poner a prueba tu cerebro, eres mentalmente resistente. Haz un rompecabezas. Juega a un juego de mesa. Prueba una nueva afición. Leer un nuevo libro. Sumérgete en tu trabajo. Haz un huerto. En resumen, las personas que son emocionalmente resistentes siguen intentándolo.
Resiliencia emocional
Las personas que piensan regularmente en lo bello, lo fantástico y lo visionario son emocionalmente resistentes. La resiliencia emocional demuestra la capacidad de imaginar, soñar, planificar y crear. Fortalece el alma. Con la resiliencia emocional, puedes encontrar algo positivo que esperar incluso cuando las cosas se ponen difíciles.
Resiliencia social
Mantenerse en contacto con otros socialmente fomenta la resiliencia social. Los abrazos y los apretones de manos estimulan el cerebro. Tener amigos con los que te apetece visitar y tomar la iniciativa de seguir participando es la resiliencia social.
¿Cómo se puede fortalecer la resiliencia?
Libros.
Leer historias de personas que han experimentado y superado problemas similares puede ser motivador y darle consejos sobre cómo afrontarlos.
Tablones de anuncios en línea.
Las comunidades en línea proporcionan un apoyo continuo y un lugar para hablar de los problemas con otras personas que se encuentran en una situación similar.
Psicoterapia.
Si no puedes afrontar una situación de crisis, consultar con un profesional de la salud mental cualificado puede ayudarte a afrontar el problema, identificar tus puntos fuertes y desarrollar nuevas estrategias de afrontamiento.
Grupos de apoyo.
Grupos de apoyo: asistir a una reunión de un grupo de apoyo puede ayudarte a hablar de los retos a los que te enfrentas y a encontrar una red de personas que puedan ofrecerte compasión y apoyo.