Muchas veces pensamos que las emociones y sentimientos son lo mismo y aunque comparten elementos comunes nos estamos refiriendo a conceptos distintos. Cuando nos referimos a nuestra experiencia subjetiva sobre un acontecimiento, ambos conceptos son utilizados y no se tiene una separación clara de lo que significa cada uno.
En este artículo arrojaremos luz sobre la diferencia entre emociones y sentimientos para ayudarte a distinguir estos dos conceptos tan importantes en nuestro día a día.
Emociones y sentimientos. 2 Conceptos diferentes muy relacionados.
Si bien comparten componentes similares, existe una clara diferencia entre sentimientos y emociones. Las emociones están asociadas con sentimientos físicos, como el dolor o el hambre. Llamamos emociones al conjunto de respuestas hormonales y químicas que nos condicionan a reaccionar de una determinada manera ante un estímulo interno, como la evocación de un recuerdo o un pensamiento, o externo como ver u oír algo.
¿Qué son las emociones?
Una emoción es un proceso psicofisiológico que nos prepara para adaptarnos al entorno, su función principal es la adaptación y es la clave para la supervivencia de cualquier organismo vivo. Las emociones surgen para darnos un aviso de que algo ha cambiado en el ambiente.
Desde la inteligencia emocional se enseña a nuestra mente a hacer un uso ecológico de todos los mensajes que nos llegan, las emociones de alguna manera intentan mantener ese equilibrio entre el entorno y la persona. Las emociones son algo muy natural e inherente a la vida.
Según la escuela de Paul Ekman, las emociones son 6 y son básicas en cualquier cultura, edad y lugar de nacimiento. Estamos hablando de las emociones que llamamos primarias, esas emociones son 6:
- La tristeza: cuando hay alguna pérdida de algo valioso o de alguien. Por ejemplo la muerte de un ser querido, de una mascota, la pérdida de un trabajo. Es normal que esa emoción de tristeza surja espontáneamente.
- El enfado: cuando se ha roto o se ha vulnerado nuestra confianza o paciencia.
- La alegría: cuando se ha conseguido un logro, una meta o un deseo.
- El miedo: normalmente nos avisa de que hay una situación peligrosa o una amenaza.
- La sorpresa: Se presenta cuando ocurre una situación que no esperábamos.
- El asco: el asco nos ha ayudado muchísimo a esa supervivencia de generación en generación. Aparece cuando hay estímulos que son desagradables o molestos.
Las emociones primarias duran muy poco tiempo, son temporales e innatas.
Pero ¿Qué pasa cuando introducimos la razón en la ecuación? cuando empezamos a darle un significado, una interpretación. Ahí es cuando empieza el pensamiento y ahí es cuando una emoción se convierte en un sentimiento.
¿Qué son los sentimientos?
Un sentimiento es una mezcla entre una emoción y un pensamiento, es decir, son el sentimiento de una emoción ya racionalizada, pueden variar mucho y son subjetivas, depende de la cultura, de nuestras experiencias, de nuestras creencias, de nuestros valores, de cómo nos hayan criado en general. Por ejemplo, imagínate que sufres una pérdida de trabajo, es normal que te pongas triste y es normal por ejemplo que te enfades.
Ante la misma situación una persona puede pensar que es cosa de mala suerte, que es un desastre, que ahora no es buen momento para conseguir otro trabajo, etc. Sin embargo otra persona ante la misma situación, puede ver esta como una oportunidad para reinventarse y darle un cambio a su vida. Diferentes personas interpretan la situación de manera diferente y completamente subjetiva.
Las interpretaciones son diferentes según nuestra cultura, según nuestras creencias, nuestros valores, según el momento que estemos viviendo. Los pensamientos entonces no son reales, los pensamientos son ideas que vienen de nuestro sistema de creencias y que cuando nosotros le damos mucha energía a esos pensamientos y lo mezclamos con esa emoción se generan sentimientos.
Una emoción más un pensamiento genera un sentimiento.
El sentimiento, se produce cuando racionalizamos o hacemos un uso totalmente subjetivo de esa emoción. Muchas veces es un proceso muy rápido, casi inconsciente, lo hacemos tan automático que sale solo pero realmente si te paras a pensar ¿Por qué me estoy sintiendo así, que me está pasando en este momento?
La Inteligencia emocional propone que debes preguntarte ¿Qué estoy sintiendo, que me está pasando en este momento por la cabeza para que yo me sienta así? Deberías detectar el pensamiento porque como hemos mencionado, las emociones básicas, genuinas y auténticas no se pueden gestionar, son espontáneas. Pero el pensamiento y el sentimiento sí es susceptible de ser detectado, analizado y gestionado. Pero claro se pueden gestionar cuando hay un buen entrenamiento.
La inteligencia emocional enseña a entrenarse en todo esto, es decir a plantearte cada día ¿Cómo me estoy sintiendo?¿ que me estoy diciendo?¿ es un pensamiento recurrente es un sentimiento recurrente? Este ejercicio te va a dar mucha idea y sobre todo evitar el uso inapropiado o no ecológico de emociones y pensamientos.
En ocasiones empezamos a generar mucha energía hacia un pensamiento y generamos un sentimiento y en ocasiones puede convertirse en un estado de ánimo.
Cuando entramos en estado anímico así es porque no estamos aceptando la realidad no estamos aceptando eso que queremos sentir, estamos como luchando en contra de lo que estamos sintiendo por eso es tan importante respirar, sentirlo e intentar darle un buen uso.