¿Qué es la inteligencia?
Para Daniel Goleman autor del libro Inteligencia emocional, la inteligencia va más allá de lo racional, asegura que hay inteligencia emocional, la define como la capacidad que como seres humanos tenemos para reconocer nuestros propios sentimientos, así como los de las demás personas, en esta definición incluye además la capacidad de motivarnos y poder manejar en forma adecuada las relaciones.
La inteligencia no se reduce solo a la capacidad para resolver un problema matemático, para acumular datos en la memoria o tener una habilidad académica, es una capacidad mental que incluye el razonamiento y la posibilidad de pensar en forma abstracta, comprender conceptos complejos, planificar y crear soluciones a distintos problemas y nos permite aprender, especialmente desde nuestra experiencia.
Refleja la capacidad para comprender el entorno y el significado de los elementos que contiene y darles un sentido que permita reaccionar ante cualquier estímulo; la inteligencia no se reduce sólo a los aspectos cognitivos, también incluye la capacidad para relacionarlos con los demás y con nosotros mismos, con nuestras propias emociones, la forma de gestionarlas y de poder auto motivarnos para vivir en armonía.
Daniel Goleman y la inteligencia emocional
La inteligencia emocional nos permite tomar consciencia de uno mismo tanto como persona como ser social, al desarrollar esta inteligencia somos capaces de reconocer estas emociones y el impacto que pueden tener en el entorno que nos rodea, podemos entender que nuestra forma de comportarnos o las decisiones que tomamos están influenciadas en parte por nuestras emociones.
Los humanos somos seres emocionales, que tenemos la capacidad de pensar y razonar, de acuerdo al enfoque planteado por Daniel Goleman, un enfoque que aún hoy, luego de 25 años de haber sido planteado, sigue siendo polémico; esta inteligencia está conformada por cuatro dimensiones básicas:
Autoconciencia emocional
Se refiere a la capacidad que tenemos los seres humanos para entender lo que sentimos en función de nuestros valores y esencia, esta capacidad nos permite guiarnos de la forma más acertada , siempre que conozcamos nuestra realidad interna desde lo emocional.
Automotivación
Se refiere a la habilidad para avanzar hacia las metas que nos hemos fijado, de enfocarnos y utilizar los recursos personales de que disponemos para el logro de dichas metas, la automotivación implica confianza, optimismo, creatividad y autoconfianza, lo que nos ayuda a poder enfrentar cualquier situación negativa o contratiempo y avanzar en nuestros objetivos.
Empatía
Se refiere a la capacidad que poseemos para comprender y experimentar las emociones que sienten las demás personas en nuestro entorno, es decir podemos entender qué siente otra persona y cómo lo siente, esto nos ayuda a desarrollar la capacidad para establecer relaciones sociales cordiales y exitosas.
La empatía va más halla de las palabras o el lenguaje formal, es la capacidad de entender la gestualidad y el lenguaje que expresa en un gesto, una mirada, una postura, etc.; podemos descifrar este lenguaje, ubicarnos en el lugar de otra persona y descubrir lo que siente y lo que está viviendo. Así no sólo obtenemos información, establecemos además, vínculos sociales y afectivos con otras personas.
Se refiere a la capacidad que tenemos para relacionarnos con las demás personas en los diferentes entornos en que nos desenvolvemos cotidianamente, lo que implica capacidad de comunicación, asertividad, respeto, tolerancia, empatía, etc.
Esta habilidad nos permite construir relaciones sanas y satisfactorias en nuestro entorno familiar, laboral, educativo, o en cualquier entorno en que tengamos que interactuar.
Potenciar la inteligencia emocional
Daniel Goleman explica que la inteligencia emocional se aprende y es posible potenciarla, ya que como capacidad se encuentra genéticamente en nuestro cerebro, por lo que se puede activar o desactivar en función del entorno social y emocional en que se desarrolle la persona y sea educada.
Por ello señala la importancia de educar desde la primera infancia utilizando este enfoque en el hogar y la escuela, lo que ayuda a desarrollar un contexto válido y significativo en la inteligencia emocional, que permitirá un desarrollo personal más armónico y facilitará las relaciones con las demás personas en los diferentes entornos en que se interactúe.
Como adultos también podemos desarrollar nuestra inteligencia emocional, para poder entender mejor a las demás personas, comprender sus sentimientos y emociones y construir relaciones sociales exitosas que nos permitan tener una vida más plena.