La psicología inversa, también conocida como auto contradicción estratégica, es una táctica que consiste en respaldar un comportamiento diferente al deseado.
La idea es que al defender lo contrario de lo que realmente quieres, la otra persona elegirá realmente el comportamiento que tú quieres.
Esta táctica puede describirse como una forma de manejar el comportamiento de la otra persona, pero también puede utilizarse como una forma de manipulación.1 La persona que es objeto de esta táctica no suele ser consciente de lo que está ocurriendo y puede no ser plenamente consciente de las verdaderas motivaciones de la otra persona.
Es posible que en algún momento de tu vida hayas utilizado la psicología inversa para intentar que alguien haga algo, aunque no fueras consciente de ello en ese momento. Puede que no sea fácil reconocer la psicología inversa, pero si entiendes qué es y cómo funciona, podrás reconocerla en tu propia vida y comprender cuándo es mejor aplicarla.
Signos de psicología inversa
La psicología inversa se basa en un fenómeno psicológico llamado reactancia. La reactancia es una fuerte reacción negativa cuando alguien intenta persuadirte para que hagas algo que no quieres hacer.
El resultado de esta reacción negativa es que haces lo contrario de lo que intentan persuadirte. Al hacer lo contrario de lo que se le convence, puede estar tratando de afirmar su independencia y autonomía.
La psicología inversa a veces puede ser sutil, pero hay algunas señales a las que hay que prestar atención en este tipo de persuasión.
He aquí algunas señales de que alguien está practicando la psicología inversa.
- Hacen comentarios demasiado negativos, como si buscaran una reacción.
- Sentir que alguien quiere que hagas algo, pero sin hacer una petición directa.
- Te dicen lo mismo una y otra vez, lo que hace que quieras hacer lo contrario.
- Si haces lo contrario de lo que te sugieren, ellos sacarán más provecho.
- La opción que defienden no coincide con tus propias elecciones pasadas
Una de las señales de que alguien está utilizando la psicología inversa es que de repente empieza a defender lo contrario de un comportamiento que normalmente preferiría.
Por ejemplo, si estás decidiendo qué película ver y tu amigo, al que normalmente le gustan las comedias románticas, de repente empieza a insistir en que veas la última película de terror, esto no es normal.
En este caso, tu amigo te sugiere una película que no quieres ver y espera que tú elijas una que sí quieres ver.
Ejemplos de psicología inversa
Hay algunos ejemplos comunes del uso de la psicología inversa en la vida real.
Las estrategias de marketing y ventas suelen utilizar la psicología inversa para conseguir que la gente compre bienes y servicios.
Por ejemplo, un vendedor puede hacer un discurso de venta muy caro para conseguir que un cliente compre algo, pero lo que en realidad está intentando es ofrecerle un trato más barato. Lo que el vendedor intenta en realidad es que el cliente responda con una oferta más barata.
Los padres suelen utilizar la psicología inversa para conseguir que sus hijos hagan lo que ellos quieren. Por ejemplo, un padre puede decirle a su hijo que no coja un juguete de la habitación y esperar que haga lo contrario.
En las relaciones, la psicología inversa también puede utilizarse para conseguir que la pareja se comporte de una manera determinada. Por ejemplo, un compañero puede sugerir que le gustaría que limpiara el garaje, pero no tiene tiempo para hacerlo. Su pareja podría responder limpiando el garaje para demostrar que está equivocado.
La investigación ha demostrado que la psicología inversa es una táctica común utilizada en el mundo real y puede ser muy eficaz.
Hay una serie de tácticas diferentes que puedes probar cuando intentas influir en alguien utilizando la psicología inversa. Por ejemplo, puede:
- Desalentar el comportamiento deseado. («No deberías hacer eso»).
- Prohibir el comportamiento deseado. («No hagas eso»).
- Sugerir que la persona es incapaz de realizar la conducta deseada. («Apuesto a que no podrías hacerlo de todos modos»).
- Baja el comportamiento deseado. («Nunca elegiría eso»).
- Comparar el comportamiento deseado de forma desfavorable con otra cosa. («Debería hacer esto porque es mucho mejor que aquello»).
Sin embargo, es importante saber cuándo es más eficaz esta estrategia. La psicología inversa suele funcionar mejor con las personas que suelen resistirse a la adaptación. Con las personas que se están adaptando, las peticiones directas suelen ser mucho más eficaces.
Impacto de la psicología inversa
La psicología inversa tiene una serie de ventajas, pero también algunos inconvenientes. En el lado positivo, a menudo es una forma de conseguir que la gente se comporte de una manera que te beneficia.
Por ejemplo, si le dices a un niño que no coma verduras, sentirá que ha hecho una elección y comerá alimentos más saludables.
Y para aquellos que tienden a rebelarse contra la norma, prohibirles un comportamiento deseable puede fomentar un comportamiento más aceptable socialmente.
Por otro lado, se trata de una táctica persuasiva y la gente puede sentirse a menudo manipulada. Si la gente siente que siempre estás intentando que hagan lo que tú quieres utilizando esta técnica, pueden llegar a sentir que no se puede confiar en ti.
La psicología inversa también puede ser útil cuando se trata de personas con baja autoestima.
Estas personas no suelen confiar en su propio juicio, por lo que tienden a valorar tu opinión. Si defiende lo contrario de lo que realmente quiere, esta estrategia puede ser contraproducente.