Las catecolaminas son hormonas segregadas por el cerebro, el tejido nervioso y las glándulas suprarrenales. El cuerpo libera catecolaminas en respuesta al estrés emocional o físico.
Las catecolaminas participan en la respuesta de «lucha o huida» del organismo. La dopamina, la adrenalina y la noradrenalina son catecolaminas.
Los niveles anormalmente altos o bajos de cada una de las catecolaminas pueden causar problemas médicos. Los niveles altos o bajos de más de una catecolamina pueden indicar un problema médico subyacente grave.
Este artículo explica la función de las catecolaminas y los problemas de salud que pueden indicar niveles altos o bajos. También explica cómo un médico puede analizar los niveles de catecolamina de un paciente.
¿Qué función tienen las catecolaminas?
Las catecolaminas son hormonas que también actúan como neurotransmisores. En el cuerpo, se producen en el cerebro, el tejido nervioso y las glándulas suprarrenales. Las glándulas suprarrenales están situadas justo encima de los riñones.
La dopamina, la adrenalina y la noradrenalina son los principales tipos de catecolaminas. Estas hormonas tienen las siguientes funciones:
Dopamina
Este neurotransmisor envía señales a todo el sistema nervioso. Ayuda a regular lo siguiente:
- movimiento
- emociones
- Memoria
- Mecanismos de recompensa en el cerebro

Adrenalina o epinefrina
Este neurotransmisor es responsable de la respuesta de lucha o huida. Cuando una persona está estresada, el cuerpo libera adrenalina, que aumenta el flujo de sangre a los músculos, el corazón y los pulmones.
Noradrenalina, o norepinefrina
Este neurotransmisor ayuda al cuerpo a responder al estrés. Cuando se libera norepinefrina, aumenta el ritmo cardíaco y la presión arterial. También interviene en la regulación del estado de ánimo y la concentración.
Causas de los niveles anormales de catecolaminas
Si sus niveles de catecolaminas son demasiado bajos o demasiado altos, puede indicar un problema de salud.
La principal razón por la que los médicos analizan los niveles de catecolaminas es para confirmar la presencia de ciertos tumores, como los tumores neuroendocrinos o los neuroblastomas. Estos tumores se describen con más detalle en las siguientes secciones.
Tumores neuroendocrinos
Los tumores neuroendocrinos son tumores que surgen de las células del sistema hormonal y nervioso. Estos tumores producen altos niveles de catecolaminas.
El feocromocitoma es un tumor neuroendocrino localizado en la glándula suprarrenal. Aproximadamente el 80-85% de los feocromocitomas se desarrollan en las capas internas de las glándulas suprarrenales, mientras que el 15-20% restante se desarrolla fuera de esta zona.
Los síntomas del feocromocitoma pueden incluir:
- Presión arterial alta
- Palpitaciones del corazón
- Ansiedad
- Temblores
- Sudoración excesiva
- Piel pálida
- Adormecimiento de las puntas de los dedos de las manos y de los pies
- Visión borrosa
- Fuertes dolores de cabeza
- Dolor en el abdomen
- Enfermedad
- Estreñimiento
- Pérdida de peso
- Azúcares elevados en la sangre
- Trastornos mentales
Aunque suelen ser benignos, algunos feocromocitomas pueden seguir desarrollándose sin tratamiento. Los síntomas pueden empeorar a medida que el tumor crece y puede causar daños en los riñones y el corazón.
El crecimiento del tumor también puede aumentar el riesgo de infarto y de ataque al corazón.
Neuroblastoma
El neuroblastoma es un tipo de cáncer que se desarrolla en células nerviosas especializadas llamadas neuroblastos. En la mayoría de los casos, este cáncer se desarrolla en el tejido nervioso a lo largo de las glándulas suprarrenales y la médula espinal. El neuroblastoma puede provocar un aumento de las catecolaminas.
El neuroblastoma es el cáncer más frecuente en los bebés y representa el 6% de todos los cánceres infantiles. Es poco frecuente en personas mayores de 10 años.
Los síntomas del neuroblastoma pueden incluir:
- Distensión abdominal
- Una masa en el abdomen
- diarrea acuosa
- anemia
- Piel azulada
- decoloración azul o púrpura alrededor de los ojos
- Ojos saltones
- Pequeños alumnos
- Descenso de los párpados superiores
- Fiebre
- No hay sudoración
- Presión arterial alta
- Dolor de huesos
- Disminución del número de células sanguíneas
- Parálisis
Pruebas para comprobar el nivel de catecolaminas
Para comprobar los niveles de catecolaminas, su médico le hará un análisis de sangre o de orina.
Las personas que se someten a un análisis de orina para detectar catecolaminas deben recoger la orina en un frasco durante un período de 24 horas.
La botella contiene una pequeña cantidad de ácido para ayudar a conservar la orina. La orina debe mantenerse fría hasta que se devuelva al médico.
Para un análisis de sangre de catecolaminas, se extrae sangre del brazo o de la mano y se envía la muestra para su análisis.
Otras pruebas
Tras recibir los resultados de la prueba de las catecolaminas, el médico decidirá si son necesarias más pruebas.
La prueba del feocromocitoma puede dar falsos positivos. Esto ocurre cuando el resultado de la prueba muestra que se tiene un feocromocitoma cuando no es así.
Debido a esta posibilidad, el médico tendrá en cuenta otros aspectos de la salud del paciente, como:
- Condición física
- Cualquier medicamento que esté tomando actualmente
- Hábitos alimenticios
- Estado mental
En algunos casos, el médico puede realizar más pruebas o repetirlas para confirmar el diagnóstico.
Si el médico sospecha que el paciente tiene un tumor, pedirá una prueba de imagen, como una resonancia magnética o un TAC. Si la prueba de imagen confirma la presencia de un tumor, el médico puede ordenar una biopsia para determinar el tipo de tumor.