Rompe el hábito de procrastinar y posponer las tareas importantes.
Es viernes por la tarde y el reloj sigue corriendo. Te esfuerzas por terminar tu trabajo antes de la fecha límite de las 5 de la tarde, pero te maldices en silencio por no haber empezado antes.
¿Por qué tenía que ser así? ¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué he perdido la concentración?
El tiempo que se dedica a releer los correos electrónicos, revisar las redes sociales, prepararse en exceso, hacer pausas para el café y otras tareas que podrían dejarse para la semana siguiente.
¿Te suena esto? Si es así, no está solo.
La procrastinación es una trampa en la que muchos de nosotros caemos. Según el investigador y profesor Piers Steel, el 95% de nosotros procrastina en alguna medida. Aunque es reconfortante saber que no eres el único que procrastina, también puede ser desalentador darse cuenta de lo mucho que la procrastinación te está frenando.
¿Es la procrastinación lo mismo que la pereza?
A menudo se confunde la procrastinación con la pereza, pero ambas son muy diferentes.
La procrastinación es un proceso proactivo, en el que eliges hacer otra cosa en lugar de hacer lo que sabes que debes hacer. La pereza, en cambio, es el letargo, la inactividad y la falta de voluntad para actuar.
Procrastinar es ignorar las cosas desagradables o importantes en favor de las cosas agradables o fáciles.
Sin embargo, este tipo de impulso puede tener graves consecuencias. Por ejemplo, posponer incluso cosas triviales puede provocar sentimientos de culpa y vergüenza. Como resultado, podemos ser menos productivos o no alcanzar nuestros objetivos.
La procrastinación durante un largo periodo de tiempo puede llevar a la pérdida de motivación y a la desilusión con el trabajo, a la depresión y, en casos extremos, al desempleo.
Cómo superar la procrastinación
Como ocurre con muchos hábitos, la procrastinación puede superarse. Los siguientes pasos le ayudarán a gestionar y prevenir la procrastinación.
Reconoce lo que estás posponiendo.
Puede que estés posponiendo una tarea porque necesitas cambiar tus prioridades laborales. No es necesariamente procrastinación si pospones una tarea importante por una buena razón. Sin embargo, si empiezas a posponer las cosas indefinidamente, o te centras en evitar algo, probablemente estés procrastinando.
Descubre por qué procrastinas.
Antes de abordar un problema, hay que entender por qué se procrastina.
Por ejemplo, ¿evitas una tarea concreta porque la encuentra aburrida o desagradable? Si es así, termina esa tarea inmediatamente para poder centrarte en las partes agradables de tu trabajo.
Si no te organizas, dejarás las cosas para más tarde. Las personas desorganizadas superan la procrastinación utilizando una lista de tareas prioritarias y un calendario eficaz. Estas herramientas le ayudan a organizar sus tareas por prioridad y plazo.
Incluso si te organizas bien, es posible que te sientas abrumado por las tareas. Es posible que dudes de tus capacidades, que procrastines porque tienes miedo a fracasar y que te sientas cómodo haciendo tareas que sabes que puedes hacer.
Algunas personas temen el éxito tanto como el fracaso. Creen que si tienen éxito, se les dará más trabajo.
Sorprendentemente, muchos perfeccionistas son procrastinadores. A menudo prefieren no hacer un trabajo que creen que no pueden hacer que hacer un trabajo imperfecto.
Otra causa importante de la procrastinación es la incapacidad de tomar decisiones. Si no podemos decidir qué hacer, pensamos que vamos a tomar la decisión equivocada y posponemos hacerlo.

Adoptar una estrategia anti procrastinación
La procrastinación es un hábito, un patrón de comportamiento muy arraigado. Esto significa que no se puede detener de la noche a la mañana. Un hábito sólo deja de serlo si no lo pones en práctica. Por ello, pruebe el mayor número posible de las siguientes estrategias para maximizar sus posibilidades de éxito.
Concéntrate en la tarea. Concéntrate en lo que tienes que hacer, no en evitarlo. Anota lo que hay que hacer y cuándo se hará. Esto le ayudará a ser más proactivo en su trabajo.
Prométete una recompensa. Cuando termines una tarea difícil a tiempo, recompénsate con un trozo de pastel o tu café favorito. Luego, nota lo bien que te sientes después de haberlo hecho.
Pide a alguien que te revise. La presión de los compañeros puede ayudar. En eso consisten los grupos de autoayuda.