Una nueva investigación ha demostrado que ciertos factores biológicos, sociales y psicológicos pueden predecir las enfermedades mentales con una precisión del 90%. Al centrarse en factores como el temperamento, los traumas y la dopamina, los profesionales de la salud mental podrían adaptar mejor la atención y las intervenciones preventivas.
Causas de las enfermedades mentales
La identificación de las causas de las enfermedades mentales es un proceso complejo. Todavía hay muchos aspectos del cerebro y de su funcionamiento que no comprendemos, pero explorar los orígenes de la salud mental implica armar cuidadosamente el rompecabezas.
Una nueva investigación sobre las enfermedades mentales sugiere que si nos centramos en el temperamento, la adversidad infantil y la dopamina, podemos predecir la aparición de ciertos trastornos con una precisión del 90%.
Un amplio abanico de afecciones, como la depresión, la ansiedad, la adicción, el TDAH, la bulimia y la dislexia, pueden estar causadas por una combinación de estos tres factores.
Estas características representan algunos de los factores de riesgo mejor documentados que influyen en los múltiples problemas de salud mental. Lo que hace que nuestro estudio sea único es que tuvimos la oportunidad sin precedentes de estudiar estos tres factores juntos.
Resultados de la investigación sobre enfermedades mentales
El nuevo estudio de la Universidad McGill hizo un seguimiento de 52 participantes desde su nacimiento, recogiendo información sobre su temperamento y su historia infantil, así como escáneres de imágenes cerebrales. El estudio pudo examinar una combinación de tres factores importantes: biológicos, psicológicos y sociales.
Entre estos factores se encuentran los traumas, como el maltrato físico y emocional, el abandono y el abuso sexual en la infancia; los autorreceptores de dopamina en el cerebro (cambios en la respuesta a las recompensas y los castigos); y las características externalizadoras en la adolescencia (impulsividad, cambios en la respuesta a las recompensas y los castigos, y dificultades para controlar las emociones fuertes).
Estas características representan algunos de los factores de riesgo mejor documentados que influyen en los múltiples problemas de salud mental», dijo el Dr. Marco Leyton, autor principal del estudio. Estas características representan algunos de los factores de riesgo mejor documentados que influyen en los múltiples problemas de salud mental.
Signos de trauma infantil en adultos
El estudio, publicado en Neuropsicofarmacología, descubrió que estos tres factores predecían con más de un 90% de exactitud una serie de trastornos mentales que los participantes habían experimentado en el pasado o que experimentarían durante un periodo de seguimiento de tres años.
Leyton señala que durante décadas el modelo dominante era que muchas enfermedades tenían una única causa.
Los profesionales de la salud mental pueden recomendar que las personas con traumas tempranos o comportamientos extrovertidos sean evaluadas a tiempo y aprendan a afrontarlos. Esto permite una intervención terapéutica precoz y, sin duda, puede cambiar el curso de la enfermedad.
Los traumas tempranos son un factor de riesgo para una serie de trastornos psiquiátricos, el comportamiento agresivo suele ser un síntoma de trastornos psiquiátricos y la dopamina es un neurotransmisor implicado en una serie de trastornos, explica Saltz.

La dopamina es un neurotransmisor implicado en varias enfermedades. Es comprensible que la combinación de estos factores de riesgo aumente el riesgo de un individuo. Sin embargo, predecir estos riesgos en una fase temprana de la vida puede ser muy beneficioso.
Las investigaciones anteriores para desarrollar métodos de predicción de enfermedades mentales también han planteado cuestiones éticas. ¿Realmente quiere la gente conocer su nivel de riesgo? ¿Y cuáles son las posibles consecuencias negativas del intercambio de datos, el diagnóstico y el tratamiento tempranos?
No obstante, los primeros estudios han demostrado que la gente encuentra interesante la investigación predictiva y está dispuesta a participar.
Los beneficios pueden superar los posibles inconvenientes. Y lo que es más importante, estas capacidades de predicción permitirían una atención preventiva y una intervención temprana.
Se sabe que ambos reducen el impacto de la enfermedad en el funcionamiento de la vida de una persona, además de acortar la duración de la recidiva y prevenir el número de recidivas», afirma Saltz.
También puede ayudar a los profesionales sanitarios a tomar mejores decisiones sobre la atención que prestan.
Los profesionales de la salud mental pueden recomendar que las personas con traumas tempranos o con comportamientos de actuación sean evaluadas a tiempo y aprendan a enfrentarse a ellos», afirma Saltz.
Podemos animarles a que se sometan a una evaluación temprana y a que aprendan a sobrellevar la situación», afirma Saltz. La intervención temprana puede cambiar definitivamente el curso de la enfermedad.
Aunque estos resultados deben repetirse en una muestra más amplia y de mayor diversidad étnica, pueden poner de relieve un nuevo ámbito en nuestra comprensión de las causas de las enfermedades mentales.