El pensamiento divergente está en la naturaleza de las ideas y las visiones. Implica un riguroso ejercicio mental para encontrar soluciones inesperadas. El pensamiento divergente nos anima a pensar más allá de lo existente y abre nuestro pensamiento a nuevas posibilidades.
Convergencia. Analizar ideas y encontrar soluciones
El pensamiento convergente es complementario al pensamiento divergente. Nos permite tomar todas las ideas y conexiones que surgen durante la divergencia y explorarlas.
El pensamiento convergente implica un juicio. Implica considerar las opciones dentro de un conjunto fijo de información. Pensamos en nuestra situación, consideramos nuestras metas y objetivos, analizamos la información de que disponemos y decidimos qué debemos hacer en esa situación.
Muchos de nosotros hemos desarrollado bien el pensamiento convergente. En las escuelas hemos entrenado casi exclusivamente el pensamiento convergente, sobre todo con el aumento de las pruebas estandarizadas.
Más que nunca, el pensamiento convergente se ha impuesto en las aulas. Investigaciones recientes sugieren que esto ocurre ya en el jardín de infancia. No hace falta decir que aprendemos a pensar de forma convergente desde una edad temprana. Sin embargo, podríamos utilizar mejor el pensamiento convergente como compañero del pensamiento divergente.
Para ser verdaderamente creativo -la forma más sólida de pensamiento- hay que ser tanto un pensador divergente como uno convergente. Algunas personas prefieren el pensamiento divergente, otras el convergente.
Esto es algo bueno. Porque, como he dicho antes, necesitamos ambas cosas. A algunos nos apasiona alterar el statu quo y descubrir nuevas posibilidades, mientras que a otros les apasiona analizar cada detalle y crear soluciones sólidas.
El problema es que la convergencia es una fuerza casi irresistible que domina nuestras vidas y nuestro mundo.

Cómo evitar ser gobernado por la convergencia
Por supuesto, el pensamiento convergente no es malo en sí mismo. Como se ha mencionado anteriormente, el pensamiento divergente es un socio esencial para lograr una percepción verdaderamente sólida de la creatividad. Sin embargo, si el pensamiento divergente se debilita y se convierte en convergente, seguirá disminuyendo.
Una definición de «convergencia» es «un cambio gradual hacia la similitud o la comunidad». Los seres humanos nacen con un sentido de pertenencia y, por tanto, son propensos al pensamiento de convergencia. Esto es cierto en todos los microcosmos de la sociedad: familias, escuelas, equipos, empresas. La cultura del grupo supera la singularidad del individuo.
La convergencia es la forma en que se desarrollan las tradiciones, cómo se cohesionan los grupos y cómo algunas personas llegan a parecerse a los perros. (¡Probablemente haya una explicación más científica para esto último! Pero piénsalo. Si todos seguimos evolucionando hacia un punto determinado e idéntico, de repente nos transformamos juntos en una gran masa de pensamiento y acción.
Cuando estamos tan atrapados por la masa que ya no podemos pensar por nosotros mismos, nos volvemos incapaces de encontrar nuevas soluciones. En el centro de muchos de los problemas del mundo está la ausencia de pensamiento divergente, la incapacidad de ver nuevas posibilidades para salir de la rutina.
Equilibrar el pensamiento para fomentar la creatividad
A medida que la convergencia se generaliza, perdemos gradualmente la divergencia y nos desequilibramos en nuestro pensamiento. En el trabajo, esto se manifiesta como letargo e insatisfacción. Para ser creativos, tenemos que encontrar el equilibrio adecuado. Es natural que utilicemos el pensamiento divergente y convergente. El pensamiento equilibrado aporta equilibrio al individuo, haciendo que el ecosistema pase del declive al potencial.
Formas de desarrollar el pensamiento divergente
Todos somos buenos en el pensamiento convergente. Pero el pensamiento divergente tiende a disminuir con el tiempo. Así que aquí tienes tres consejos de La guía no obvia para ser más creativo, trabajes como trabajes, que te ayudarán a desarrollar el pensamiento divergente.
Libera tu pensamiento. haz las cosas de forma diferente. Aprende a pensar libremente haciendo las cosas de forma diferente. ¿Qué tres cosas hace ahora en su organización porque «siempre lo hemos hecho así»? Elige una de ellas y piensa en otra forma de probarla.
Amplía tu pensamiento. Responde como si fueras un actor de improvisación. Si, en medio de una escena de improvisación, un actor le dice al otro: «¡No debes decir eso! «¡No uses esa línea! o «¡No uses esa línea!
La herramienta secreta del éxito de los actores de improvisación es la mentalidad «Sí, y….». Tienen que decir que sí a cosas ridículas y aceptarlas para que la escena tenga éxito. Hoy puedes practicar decir «Sí, y…. y practicar el decir sí». Practícalo mañana.