Muchas personas no saben qué diferencia hay entre la psicología humanista y otras corrientes de terapia psicológica como pueden ser la psicoanalítica o conductista. La psicología humanista se centra en el lado positivo y potencial del ser humano. Para el humanismo la persona va a tener en algún momento de su vida algún problema, alguna dificultad, alguna necesidad de apoyo pero eso no significa que esté mal o que padezca una patología mental.
Principios del enfoque humanista.
Durante la terapia es normal que en algún momento se establezca un vínculo terapéutico, una relación. En la corriente humanista, el terapeuta, acompaña el proceso pero no lo dirige. Se convierte entonces en un facilitador del proceso del cliente, le ayuda al cliente a explorar no solamente los pensamientos sino también las emociones, necesidades, y las sensaciones físicas del cuerpo.
En una sesión de terapia humanista se tienen en cuenta los deseos a futuro, los anhelos y lo que el cliente quiere para sí mismo y aunque en ocasiones se habla del pasado, normalmente se trabaja en el presente y en el ahora. El terapeuta sintoniza con el ritmo del cliente, no va más deprisa, se implica en la relación, es auténtico y concluyente. Si le afecta lo que está diciendo el cliente, lo dice ya que no se mantiene distante o encerrado en su rol de terapeuta.
Es el cliente quien decide el comienzo y duración de la terapia. Se establece previamente un acuerdo entre cliente y terapeuta para colaborar juntos.
La terapia humanista no trata de guiar al cliente. El terapeuta considera que la persona que tiene delante es una persona que sabe que puede mejorar, que sabe que tiene potencial, sabe que en ese momento está atascado y que va a poder salir de ahí.
Es el cliente el que pide al terapeuta lo que quiere y decide cómo cree que es mejor para él hacer tal o cual cosa. El cliente se convierte entonces en una parte activa de ese desarrollo y un facilitador del proceso.
En la corriente humanista se considera que el terapeuta está ahí para acompañar al cliente, para que se sienta a gusto, para que se sienta acogido, para que se sienta escuchado y entendido.
Este enfoque consigue que el cliente se vaya abriendo y dando cuenta de sus capacidades que quizás estaban bloqueadas. Estos bloqueos pueden ser consecuencia de las circunstancias de la vida, problemas en el sistema familiar en el que vive y elementos externos.
Enfoque humanista en psicología.
Desde la corriente humanista no se cataloga al cliente que viene a terapia como una persona con un problema mental como una depresión o un estado de estrés sino que se favorece a que la persona entienda qué está pasando por un mal momento. Se ayuda a la persona a entender que tiene las capacidades para poder salir de ahí. Se evita por todos los medios, catalogar al cliente en una categoría o un diagnóstico.
El cliente debe entender que en este momento está más menos decidido que puede tener altibajos emocionales. Se evita la clasificación ya que puede condicionar el pensamiento del cliente. El terapeuta lanza mensajes como: “tú eres mucho más que eso” “te sientes así por las circunstancias que has vivido”
Este tipo de terapia está centrada en que la persona entienda no sólo sus procesos mentales sino también en lo que experimenta a nivel sensorial y entienda sus emociones.
El vínculo entre la psicología positiva y el enfoque humanista.
La psicología humanista tiene un enfoque positivo del ser humano. La psicología positiva por otro lado estudia qué hacer para propiciar las emociones positivas. Pone un poco más el enfoque en propiciar las emociones positivas.
La corriente humanista es más envolvente. Considera la importancia de las emociones positivas pero también tiene en cuenta las emociones negativas y considera que lo que hay que hacer es trabajar las dos.
Psicología humanista y coaching.
La psicología humanista es la base del coaching, el coaching tiene como objetivo empoderar a la persona y favorecer su mejor versión. El coaching utiliza técnicas de la psicología humanista y trabaja la capacidad del ser humano de desarrollar su máximo potencial.
La psicología humanista en unidad con otras técnicas es un completo impresionante para poder incluso en pocas sesiones ir trabajando y ayudar al cliente a salir adelante.
No sólo ayuda a la persona a salir de una situación complicada sino que ofrece al cliente estrategias para funcionar de una manera autónoma y controlar o gestionar mejor sus propias emociones.
Propicia la autonomía del ser humano, que sea libre, que pueda elegir y que sea consciente de que elige porque lo elige como lo elige y cuando lo elige.
¿Qué es el enfoque humanista?
El enfoque humanista dentro de la psicología, hace referencia a una corriente psicológica donde el paciente o cliente es parte activa y consciente de los cambios que debe adoptar para mejorar su situación. Es un enfoque centrado en el aquí y el ahora.
¿Quién creo el enfoque humanista?
El enfoque humanista surge al terminar la segunda guerra mundial. Hasta ese momento las corrientes predominantes enfrentadas eran el psicoanálisis y el conductismo.
Sus principales autores son: Abraham Maslow (1908-1970), Carl Rogers (1902-1987),y Fritz Perls (1893-1970)
¿Cómo aplicar el enfoque humanista en clase?
Para la psicología humanista en el ámbito educativo, la atención se centra en el alumno, ayudándolo al desarrollo de todo su potencial. El alumno es agente activo y consciente de su propio aprendizaje.
Al ser consciente y participe, este tipo de técnicas ayudan a mejorar la motivación y el autoestima de los estudiantes, mejorando en muchas ocasiones sus resultados.