Los «recuerdos» se transmiten a la siguiente generación a través de los genes.
Las investigaciones han demostrado que los «recuerdos» del estrés pueden transmitirse de generación en generación al pasar de célula a célula, es decir, de madre a hija.
El estudio sigue a otro realizado en ratones que demostró que los recuerdos del miedo a un olor se transmiten de padres a hijos, que nunca han experimentado ese olor.
Este proceso, llamado «epigenética«, significa que, por ejemplo, los acontecimientos estresantes no cambian los genes en sí, sino la forma en que se organizan y expresan.
El estudio, publicado en la prestigiosa revista Science, aporta pruebas a la controvertida teoría de que los «recuerdos» se transmiten a través del código genético.
Muchos científicos se muestran escépticos respecto a la investigación epigenética porque los mecanismos no están probados.
No obstante, hay pruebas de que los «recuerdos» del estrés infantil se transmiten epigenéticamente de padres a hijos, lo que da lugar a una mayor incidencia de la depresión en la edad adulta en su descendencia.
La adicción, como la depresión, también puede transmitirse a través de mecanismos epigenéticos.
Recuerdos: Herencia epigenética.
Este estudio se refiere a una modificación química llamada «metilación» que se produce en una proteína concreta, la histona H3, que suele estudiarse en epigenética.
Esta proteína está presente en todos los animales multicelulares, desde los humanos hasta los gusanos utilizados en este estudio.
«Ha habido un debate continuo sobre si las marcas de metilación pueden transmitirse a través de la división celular y entre generaciones, y ahora lo sabemos».
La profesora Susan Strom, bióloga de la Universidad de California en Santa Cruz, que dirigió el estudio
En su estudio, el profesor Strom y sus colegas criaron gusanos en los que se había eliminado el gen responsable de la marca de metilación.
A continuación, criaron lombrices de tierra con este gen desactivado con lombrices normales.
Siguieron los cromosomas de los gusanos normales y mutantes mientras se dividían y crecían, y descubrieron que las marcas de metilación importantes se desplazaban de una generación a otra.
Conclusión de psicoamena
No es la primera vez que se escucha este tipo de estudios y nos resulta interesantísimo.
Cada célula a parte de ser el componente más básico de la vida, es un ser vivo, ya que nace, crece se reproduce y muere. Al igual que contienen material genético que las hace portar información (es decir, cada una de ellas tiene su propia información que pueden duplicar para aportar esa información a su células descendientes).
Y como el estudio demuestra, el estrés en cierta etapa vital de la vida es uno de los factores que las células memorizan y pasan de una generación a otra a través de la proteína «histona H3» por el proceso químico de metilación. Creemos que esto es un mecanismo de supervivencia añadido, ya que el estrés continuado afecta mucho a la salud, genera una intoxicación de cortisol continuada y puede tener fatales repercusiones.
Así que nos preguntamos, ¿Cuántas capacidades tienen las células que desconocemos? ¿Qué importancia tienen realmente las emociones en nuestro organismo?
Todo esto nos hace reflexionar sobre la importancia de una gestión y equilibrio emocional adecuados en la vida. Ya que somos animales emocionales, éstas rigen nuestro día a día, nuestro estado de ánimo y nuestra salud.