Cuando la gente piensa en la intolerancia a los alimentos, quizás lo primero que le viene a la mente son los efectos físicos negativos en el cuerpo. Malestar estomacal, hinchazón, dolor, náuseas, dolores de cabeza: estos síntomas físicos suelen considerarse los peores. Sin embargo, cuando se trata de cómo afectan a nuestra salud mental, a menudo no se habla de ello, sino que se oculta.
Curiosamente, existe un vínculo claro entre nuestro estado físico y nuestra salud mental, y ambos pueden estar relacionados entre sí.
¿Qué es una intolerancia alimentaria?
La intolerancia alimentaria (o sensibilidad alimentaria) es un síntoma problemático causado por la dificultad para digerir ciertos tipos de alimentos. El problema varía de una persona a otra, pero suele implicar dolor de estómago, náuseas e hinchazón. Si tiene estos problemas pero no sabe la causa, considere la posibilidad de realizar el test de intolerancia y evite las restricciones alimentarias que le causan estrés mental.
Me siento incómodo
Cuando nos sentimos incómodos, se puede decir que no estamos en nuestro mejor momento. Incluso los pequeños desequilibrios pueden afectar a nuestro estado de ánimo general. Es posible que no quieras ponerte un vestido si tienes el estómago revuelto, o que no puedas concentrarte en pasar un buen rato si tienes el estómago revuelto. El malestar físico puede tener un gran impacto en su estado mental, por lo que intentar superar las intolerancias alimentarias puede tener un efecto perjudicial.
Restricciones
Tolerar las restricciones puede ser muy difícil, sobre todo si no puedes tomar tus propias decisiones. Este sentimiento puede ser evocado por casi cualquier cosa que se sienta como una falta de elección.
La comida no es sólo una fuente de nutrición, sino que forma parte de toda cultura. Algunas personas se implican profundamente en el proceso de cocinar y comer, otras no. La alimentación también está vinculada a la sociedad. Ya sea una comida con amigos, una cita para tomar un café y un pastel o reservar un restaurante para una comida familiar especial, la comida es un elemento común que nos une a todos.
Por ello, la intolerancia alimentaria puede tener un impacto negativo en la salud mental de una persona. Si no puedes ir a una pizzería o tienes que renunciar a una comida fuera, es fácil sentirse excluido.
Sentimientos negativos sobre uno mismo
Las personas con intolerancia alimentaria pueden sentir que las restricciones dietéticas les hacen sentir como una carga. Una opción es consultar con otros para ver si el restaurante cumple sus requisitos (pero sólo si no son demasiado graves o ponen en peligro la vida).
Estos sentimientos negativos sobre uno mismo son una vía rápida para los trastornos mentales como la depresión y la ansiedad. Por lo tanto, es importante vigilar cómo pasan el tiempo las personas con intolerancia alimentaria y ayudarles a participar en la medida de lo posible.
Conclusión
Es muy importante cuidar la calidad de los alimentos que ingerimos y conocer a la perfección nuestro cuerpo.
Siempre se puede adaptar la dieta a las intolerancias y aún así ser muy rica y llamativa. A veces surgen inseguridades o momentos en los que nos gustaría poder comer ciertos alimentos que nos causan dolor de estómago, pero la conciencia corporal es tan importante como nuestro estado de salud.
Hay una cantidad de alimentos que ayudan a regular nuestro sistema simbiótico de bacterias y virus como es el kéfir, la cambucha, algunos lácteos, etc., que son maravillosos para realizar buenas digestiones y ayudar a nuestro cuerpo de forma natural a digerir y asimilar los nutrientes.
De todas maneras, si hay ciertos alimentos que al ingerirlos te sientes mal, es mejor eliminarlos de la dieta y acudir a un médico especialista.
Como siempre decimos, somos lo que comemos.